sábado, 25 de febrero de 2017

Coplas a la muerte de su madre.

“Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir…”

No me lo podía creer, estábamos apunto de subirnos a un barco dejar atrás todo lo malo que nos había pasado. Y quién sabe, a lo mejor volvíamos a ver a nuestro padre. Era aproximadamente las cinco de la tarde pronto empezaría a oscurecer así que a mí me daba algo de miedo.

Nos habían quitado nuestro equipaje, bueno, lo poco que nos quedaba y de alguna forma nos han quitado parte de nosotros, de la poca humanidad que nos quedaba , la poca parte que quedaba de nosotros es parte que necesitas ver para recordarte quien eres o quien eras, algo que se nos olvidaba a menudo y necesitábamos recordar de vez en cuando. Me sentía despojada de mí, de donde venía, de la gente que se quedo atrás para que yo siguiera a delante.

“Los estados y riqueza,
que nos dejen a deshora
¿quién lo duda?
No les pidamos firmeza,
pues que son de una señora
que se muda,
que bienes son de Fortuna…”

La lancha llevaba demasiada gente y no era muy grande. Empezó a oscurecer y la marea subía y la lancha se movía muchísimo y eso me hacía pensar aun más en que nuestras vidas están en juego y no quería perder a nadie más, mi madre estaba muy pensativa y mi hermano medio dormido.


“contemplando

cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando...”

De pronto el barco de empezó a mover más de lo normal, las olas comenzaron a crecer hasta convertirse en olas de varios metros y la barca volcó y de pronto se empezaron a oír gritos. Y los chalecos no hacían su función. empece a buscar a mi madre y hermano estaban juntos, intente acercarme pero la marea me arrastraba y mi madre intentaba que mi hermano no se hundiera. ¡Se estaba ahogando ! sentía muchísima impotencia de no poder hacer nada de pronto una ola me hundió.

Sus grandes hechos y claros
no cumple que los alabe,
pues…

Puede que no siempre tuviera una sonrisa para todos, pero si necesitabas ayuda allí estaba ella. Preparaba los mejores cocidos de toda España y unos gazpacho que curaban a enfermos. siempre iba a estar allí para lo bueno y mas para lo malo. Era mi madre no al podía perder a ella tampoco que iba hacer yo sola o con mi hermano siempre Ha sido la que nos ha guida si no esta ella yo me muero, es el pilar más importante de mi vida. Solo ella me conoce de verdad como para juzgarme me tuvo nueve meses en su vientre y a estado conmigo desde entonces.

No sería lo mismo sin ella, ¿ donde quedarían esos domingo de pelis?, ¿quien sería ahora la que me ayude cuando me he dado de bruces contra la pared?, ¿quien me ayudaría a levantarme cuando me he caído? si se va ella, yo me muero. Es la única persona que siempre ha estado ahí, incluso cuando no había nadie más. Es mi vida. me quitarían lo poco que queda de mí, ya si que realmente estaría perdida.

De pronto note una presión en el pecho y abrí los ojos de golpe, escupí muchísima agua que había tragado y de pronto me vino a la cabeza la imagen de mi hermano y me levante de golpe estaba en una playa y habían unos señores que me habían reanimado. Estaba mareada y solo buscaba a madre y hermano.

Le vi estaba sentado en la arena tapado con una manta alado de un cuerpo cubierto por un papel muy raro. En seguida supuse que mi madre no había sobrevivido y caí de rodillas a la arena y rompí a llorar. Me acerque a mi hermano y nos abrazamos.

Había mucha gente llorando y gritando pero yo era incapaz de oír nada, no tenía una manta ni nada pero no sentía frió, ni hambre, ni nada. No sentía absolutamente nada.

Vino una señora y nos dijo algo, ignore lo que dijo y nos llevaron a un coche y de allí a una comisaria. No recuerdo nada del paisaje, ni como era el coche, ni la gente, no recuerdo nada.

Me habían quitado mi humanidad.

“cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado

fue mejor.”

sábado, 11 de febrero de 2017

De la prisión a la deriva.

“sino yo triste y cuitado
que vivo en esta prisión
que ni sé cuando es día
ni cuando las noches son”
Cuando llegamos aquel centro, lo primero que pensé era en lo mal que olía y lo sucio que estaba todo por un momento eche de menos aquel piso en el que estuvimos durante tanto tiempo. Había como veinte personas o más persona en jaulas o lo que fuera aquello demasiado pequeñas para tanta gente y el agua no tenía pinta de ser muy fiable

Aun así había gente trabajando, pero estaba demasiado delgada otros tenía aspecto enfermo posiblemente por el agua. Empezaron a separar familia tuvimos suerte y continuamos juntos, pero nos quitaron nuestro equipaje, dinero etc. Pero mi madre antes de que nos lo quitaran se lo guardo dentro de la camiseta a pesar de que no era mucho pero lo íbamos a necesitar en algún momento.

Nos metieron en una de esas jaulas con otras decena de personas algunas llevaban semanas, otras muchísimos meses o algunos incluso un año.Y como vuelvo a repetir las condiciones era deplorables. Y no creo que hayamos hecho nada malo como para merecer esas condiciones, los presos tienes mejores condiciones que nosotros. 

A pesar de todo aquello estábamos juntos y creo que era los más importante de todo. Había un un mujer que acercaba por las mañanas cuando no había tanta vigilancia y nos mantenía informados del exterior, de todo lo que pasaba o nos contaba historias a los niños y luego nos daba una migaja de pan, que a pesar de ser una migaja se agradecía. De pronto un día no volvió porque aumentaron la vigilancia, todos estábamos muy triste, algunos muy enfadamos e indignados.

Unos meses después estábamos muy delgados, y algunos empezaban a enfermar. De pronto nos soltaron habían demasiadas personas y nos soltaron sin más, por la zona oímos algunas personas hablar de un traficante que nos podía llevar desde Italia a Córcega y estaba dentro del precio que un nos podíamos permitir. Y el hombre acepto llevarnos. No estábamos muy tranquilos porque siempre que habíamos estado cerca de conseguirlo, todo daba un giro de ciento ochenta grados.



Quién hubiera tal ventura 

sobre las aguas del mar,

como hubo mi familia 

la mañana de otoño

yendo a buscar mi vida 

para su falcón cebar,

vio venir una galera

que a tierra quiere llegar

las velas trae de seda 
 
tablas de fino coral.

Compañero que la guía

diciendo viene un cantar 

que la mar ponía en calma 

los vientos hace amainar

las aves que van volando

al mástil vienen a posar.

A el hombre hace andar

camino a una barca ira.

Respondiole al compañero

tal respuesta le fue a dar

"Yo no digo mi canción

sino a quien conmigo va".