miércoles, 23 de noviembre de 2016

Cantar del destierro

CAPITULO 2.

Memorias de un refugiado.

El refugiado sale de Madrid,   a Valencia va encaminado,
allí deja su hogar,    yermo y desheredado 
Con lágrimas en los ojos    muy fuertemente llorando
la cabeza volvía y    quedábase mirándolo
triste me quedaba,    dejando mi pasado.
 Presente y    futuro arruinados.

Ahora las lunas y estrellas,   miro con amargura,
 porque a la vida    ya no tiene dulzura,
la vida, no aguarda    la misma blancura
la salida llega,    para evitar la captura,
ahora veo mi casa   con demasiada espesura.
Ya no veo la vida igual,    creo que he perdido la cordura,
mi corazón ha sufrido tanto,    que ahora lleva armadura.

El viaje a Valencia   en bus ha comenzado,
una maleta, un libro, algunas prendas    y móvil me he llevado
para no saber si será requisado   y de mi apartado.
Mi hermano a mi brazo   se encuentra abrazado. 
Y yo solo pienso   en mi pobre amado
Mi madre a llorar ha comenzado,  porque disparos ha escuchado 
Mi corazón esta atacado,   porque el bus a parado.
Resulta que una niña   se encuentra caminando,
de los rebeldes ha escapado,   y a su familia han apresado

A la niña,   el hombre dejo subir.
Camino a Valencia   comencé a escribir,
que lo único que pedía,   a Marruecos llegar viva.

El bus no muy rápido iba,   para evitar a la rebeldía 
un camino emprendía  sin saber si lo acabaría.
A Valencia llegamos,   y el bus paró en comisaría,

Un hombre corpulento apareció,   y mi padre pagó
con el dinero  que habíamos recaudado,
 de la casa y   el banco nos había dado 
todo para aquel hombre,   tan malhumorado,
camino al barco   hemos encaminado,
chalecos llevan    mi madre y hermano
y mi padre   el suyo me han dado.
Todo el camino   mi padre estaba atormentado,
llegamos al barco   y mi padre se despidió llorando.
El dinero no fue suficiente   y mi padre se ha sacrificado,
cuando acabe de abrazarlo,   el primer barco ya había zarpado.
y al segundo   estuvimos esperando.












jueves, 17 de noviembre de 2016

¡Ay cadenas de amar!, ¡cuán malas sois de quebrar!

MEMORIAS DE UN REFUGIADO.

CAPITULO 1.

¡Tanto amar, tanto amar,
amigo, tanto amar!
Enfermaron unos ojos antes alegres
y ahora duelen tanto.



          Bonito, ¿cierto? Duro también, vivo en España, la situación se está poniendo muy fea estamos en guerra y mucha gente esta marchándose de aquí. Como aun no soy tan mayor y tengo un hermano pequeño mis padres han evitado el tema, y no nos ha afectado directamente. No obstante, hace unas semanas atacaron una ciudad cercana a la nuestra, la noticia ha sido un bombazo, y era imposible que no nos afectara de alguna forma u otra pero ha sido peor cuando mi prima, sus padres y hermanos nos dijeron que en dos días se irían a punta Tarifa, y de allí a Marruecos. Me partió el corazón, para mi era como una hermana, y al marcharse corría el riesgo de no volver a verla jamás. Que duro que por guerras o por razones varias la gente que quieres se valla. 

Mi corazón se va de mí
¡Oh Dios! ¿Acaso me volverá?

          Una semana después de que mi prima marchara, mi amado siguió los mismos pasos que ella junto a su familia, lo cual me rompió aun mas el corazón. Esta vez, el se iba a Valencia, una vez allí iría a Palma de Mallorca y de allí a Italia, tierra desconocida para los rebeldes. Extrañare su pelo castaño y sus ojos café, espero algún día volver a ver, el fue mi amor y mi salvavidas en tiempos de guerras. Espero que a Italia llegue bien.

¡Oh corazón mío, que quieres amar bien!
Mi corderito
se va y tú no le dejas de amar


jueves, 3 de noviembre de 2016

La lengua y yo


Mis primeras palabras fue "Mami" y "Pipi" , estaba corriendo por el pasillo buscando a mi madre porque me hacia muchísimo pis y empece a gritar por el pasillo: ¡Mami pis! ¡Mami pis!, mi madre no se lo podía creer, lo primero que le dio fue por reírse y casi nos hacemos pis las dos encima, fue bastante divertido cuando me lo contó mi madre.


La primera canción que me aprendí fue "Tengo la camisa negra" de Juanes. Mi padre no hacía mas que escucharla y acabe aprendiéndome la canción de memoria, la cantaba cuando me despertaba, cuando iba al baño, cuando comía. Mi madre acabo odiando la canción y a día de hoy me la sigo sabiendo de memoria. Y mi madre la sigue odiando.




Mi cuento favorito era "La bella durmiente", me encantaba esa princesa, no se si porque la gustaba dormir un montón o porque era, pero no hacía mas que pedir a mi madre que me contara ese cuento. En cuanto salio la película mi madre la compró para que la dejara tranquila, pero fue una mala idea porque no hacía más que verla. Y acabó siendo peor, porque ya nadie veía nada mas que la Bella durmiente.




Mientras hablaba con mi madre me he dado cuenta de que hay expresiones muy distintas de cmo hablamos hoy en día. Suelo decir un montón "Tron" o "Tia",también "no te ralles". Es bastante curioso, como cambian la expresiones según van pasando las generaciones. Y lo que menos me explicó es como se crean o quien las inventan.